Este blog tenía una finalidad, un objetivo, un fin, pero en su camino han surgido motivos para que sea un placer, aunque el objeto final no acabe siendo todo lo exitoso y rápido que deseaba.
Las palabras, un oasis. Definición que dice todo, que engloba el todo. Gracias Nuria.
Conocimiento, el agua que paga la sed en la sequía del desconcierto. Por qué se aleja al entendimiento.
Pasamos años encerrados en aulas donde nos enseñan conocimientos que olvidamos con la misma rapidez que aprendemos, sin digerir, con la prisa contemporánea del que corre por hacerlo todo dentro de su tiempo, sin entender, en una velocidad sin marchas, sin stops, sin giros, en línea recta, rectos, cuerdos.
Sin poder torcernos, enfocados al éxito, a la competición, rodeándose de exceso lo que no importa, y dejado de lado el aliento, queriendo y queriendo, las ideas pasan y nos destellan hasta que bajamos una ventana, abrimos otra pestaña y despistados seguimos corriendo.
Ventanas, pestañas, y prisas, molesta incluso el sueño.
¡Ay de errar! ¡Ay del fallo! ¡Ay de apartarse del camino del deber, de lo esperado! Antes el pecado se cernía sobre las nucas, como un tenedor ardiendo, hoy nos domina el miedo. El miedo al fracaso, al tiempo, a defraudar, al riesgo.
El pecado era castigado en la entrada al cielo, ahora el rechazo al fracasado es vivir cotidiano, y el equívoco una losa, clasificados los sentimientos en una gaveta, almacenados en libros y películas, géneros, etiquetas, y la mente como un archivador de momentos, sin papelera.
Y si surgen sentimientos poco afortunados, que se salgan de la cuerda, que difieran, que indignen, se duermen, medicados. No se deja a la tristeza llorar, ni a la alegría reír, generado el sinsentido del no sentir.
El deber se convierte en una deuda, en un debo, y en el endeudamiento nos vemos obligados a pagar o ser castigados.
Limitada la diferencia, limitada la imaginación, narcotizados los sueños.
El rechazo nos convierte en extraños, en virus, incluso en el propio reflejo.
No hay momento para errar, para aprender, para entender. No hay tiempo. Prisas, solo prisas, luego alcanzas la edad de jubilación, y vuelve el tiempo, pero ya no está la energía de la juventud, ni nos escuchamos unos a otros, y el trabajo ha sustituido la identidad, caes en el tiempo, y no encuentras el terreno.
No hay sentido cuando se mata el sentimiento y el conocimiento, cuando se vive en lo adecuado, y lo correcto: lo distinto es error, es fallo.
La igualdad condiciona lo diferente a un mismo término, grandes conceptos que ocultan lo natural de la diferencia, que obligan al ritmo del cuerpo a ser el ritmo de otro cuerpo, que hacen que lo adecuado sea adecuarse, adaptarse, entrar en el molde y modelarse para no diferir, negándonos la realidad de lo distinto.
Todos somos iguales, todos somos iguales, todos somos iguales.
Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Décalogo de Goebbels. 11 principios de la propaganda.
sentido, da.
(De sentir).
3. m. Proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se produce a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, o la situación de su propio cuerpo. Sentido del equilibrio.
10. m. Cada una de las interpretaciones que puede admitir un escrito, cláusula o proposición. La Sagrada Escritura tiene varios sentidos.
1. m. Acción y efecto de sentir o sentirse.
2. m. Estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente.
conocimiento.
1. m. Acción y efecto de conocer.
2. m. Entendimiento, inteligencia, razón natural.
4. m. Cada una de las facultades sensoriales del hombre en la medida en que están activas. Perder, recobrar el conocimiento
éxito.
(Del lat. exĭtus, salida).
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.
triunfo.
(Del lat. triumphus).
2. m. Éxito en cualquier empeño.
rechazo.
3. m. Biol. Fenómeno inmunológico por el que un organismo reconoce como extraño a un órgano o tejido procedente de otro individuo, aunque sea de la misma especie.
inconforme.
1. adj. Hostil a lo establecido en el orden político, social, moral, estético, etc. U. t. c. s.
hostil.
(Del lat. hostīlis).
1. adj. Contrario o enemigo.
enemigo, ga.
(Del lat. inimīcus).
3. m. y f. Persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal.
contradecir.
(Del lat. contradicĕre).
1. tr. Dicho de una persona: Decir lo contrario de lo que otra afirma, o negar lo que da por cierto. U. t. c. prnl.
De nada, Andrea. Si yo me inspiro a escribir es porque tu te inspiraste para escribir este blog. Estoy haciendo una página en el facebook. Pronto te la enseñaré ;)
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