domingo, 17 de abril de 2011

Responsabilidades

Cómo explicar el  término dependencia, cómo asimilar que la mayoría de las veces se puede decidir, cómo desprotegerse y enfrentarse al hecho de ser un individuo, solo, cómo cortar los bastones.

Qué difícil, que doloroso es entender que has fabricado una serie de andamios que sustenten tu persona, de los que dependes y que aun afilados, hirientes, cortantes y condicionantes te permiten  moverte en esa culpabilidad ajena, en la autocompasión, en la parálisis, y en el bloqueo.

Juzgar, ser juzgado, irresponsabilidad, responsabilidad, hablar y arriesgarse, quedarse quieto y callar, peligros, beneficios…

Qué es la queja, qué es la crítica

Es absurdo defenderse de una opinión que difiere a la mía, e innecesario justificar el desarrollo de los hechos para ser aceptado de manera general. Pensar la critica desde lo constructivo, para ver en cuanto coincides y como defines ciertos términos, explicar tus consideraciones respecto a actitudes, compartirte, no justificarte.

Por qué, para qué,
Por qué no?

Nunca llueve a gusto de todos, y es un absurdo querer, pensar, o esperar  que todos compartan tu punto de vista frente a una serie de hechos, puedes explicar tu manera de mirar, pero no obligar e instar a otro a mirar de manera similar, darle tus cristales (darle más datos, más opciones) y de ahí, es elección del otro mantenerse firme en sus convicciones, dudar, o cerrarse a cualquier tipo de cambio.

De no ser así, volveríamos al pensamiento automatizado, ajustable según determinadas precisiones.  Tacharíamos los absolutos ajenos para imponer los propios.

Y es natural, no puedes justificarte para ser siempre aceptado, solo trabajar en ti para mejorar,  ser estudiante de los días, los gestos, los miedos,  sin perder tiempo en ser lo que el otro desea que seas.
A mí me han dado otras formas de mirar, y he optado por avanzar, por probar otra actitud, y desmontarme para reconstruirme de nuevo, escribir me permite entender, releer, repensar.

El hecho que mueve este blog es una situación económica x, que me impide resolver en el momento una circunstancia inesperada, siendo esta una manera de intentar resolverla, mejor o peor, un intento de buscar una solución, entre otros intentos, un por qué no, por qué no intentarlo,  y aprender a desmontar mis propias creencias, mis propios límites, los “dado por hecho”. No deja de ser una anécdota desde la que crecer. Pido ayuda, y ofrezco lo que esta experiencia me deja aclarar.

Una situación, una circunstancia no definen a una persona, no me definen a mí, ni definen al vecino del cuarto, ni a nadie. Si en cambio nos define, en cierta manera, las opciones o actitudes que generamos para enfrentar las circunstancias.

Y de ese enfrentamiento con las situaciones, con los impedimentos, con lo cotidiano entramos en un aprendizaje para cambiar nuestras propias definiciones, o conformarnos con lo que somos sin querer evolucionar. El no enfrentamiento resulta ya una opción que nos identifica con una manera de actuar.

Aprendices del día a día, podemos conformarnos y justificar en otros nuestra definición, o arriesgarnos e ir cortando dependencia de lo ajeno, para construir un reflejo del que sentirnos satisfechos, mejorarnos y dar la oportunidad de mejorar al resto.

Cómo, compartiendo. Qué. Estrategias, reflexiones, experiencias y diversas maneras de enfrentarse a ellas. 
Por qué, porque formamos parte de una historia, de un conjunto, de un todo y dar lo aprendido para evolucionar permite una evolución conjunta, y no solo personal.

Dar herramientas para desarrollar respuestas creativas, distintas, sin caer de nuevo en las medidas que se tomaron en ocasiones anteriores, buscar nuevas formas para viejos problemas, avanzar y no estancarse en lo conocido.  Ya no se trata de hacer mí día a día un disfrute, sino de dar lo que aprendo para que otro pueda disfrutar de su día, y para que en conjunto se cambie, se reajuste, se evolucione.

Para unos pueden ser absurdos, para otros, dogmatismo.  No pensé cuando  decidí probar la idea descabellada de intentar conseguir ayuda económica para operar a la perra que el blog pudiera irse por estos derroteros, iba a ser algo más mecánico, más numérico. Pero no es el fin lo único, en el camino hacía el objetivo principal he acabado escribiendo , o describiendo otros factores ajenos a la rótula de Cosa, ¿es acertado publicarlo cuando no dirige al objetivo principal?… no lo sé, pero se ha ido generando desde las determinadas circunstancias que el problema principal ha conllevado.

Porque no solo Cosa está coja, la cosa está coja.

Y gracias a esto estoy aprendiendo, conociéndome, conociendo mi entorno, acercándome a otros, aprendiendo más y más. Conseguiré operarla o no, el proceso en cualquier caso ya ha dado más de lo que podía imaginar, seguir creyendo en el intento e insistir, y mientras buscar más opciones, más fuentes de ingreso, por qué si, la perra es mi responsabilidad, depende de mí, y no la puedo fallar.

Ser consecuentes, serenos, y elaborar estrategias, nada más. 

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